El hombre se ha aprovechado los dones naturales de estas aves para la caza. Su manera de cazar es muy elaborada y con frecuencia la captura de una presa es el resultado del ataque combinado de macho y hembra. Esta, un tercio más gruesa que el macho. llamado por ello «terzuelo», cae sobre la caza que su compañero, más ágil, ha espantado surgiendo como un bólido a ras de tierra.
El trampeo, la destrucción de nidos y la intoxicación con pesticidas agrícolas, que absorben con las presas, han acelerado de manera dramática la disminución de estos halcones.
Largas alas puntiagudas y cola larga; el macho tiene dorso gris pizarroso, partes inferiores listadas, grandes bigotes negros; la hembra es más grande y más parda; vuelo característico, alternando rápidos aleteos y largos planeos.
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