El jaguar es un felino que despierta muchas pasiones entre
las personas por su belleza y fortaleza, pero desgraciadamente esto no lo
convierte en inmune a las amenazas a sí mismo y a su medio ambiente.
Aunque actualmente no está amenazado de manera global según
la IUCN, aunque sí que está próximo a la vulnerabilidad, si concretamos un poco
más vemos que en cada uno de sus países de manera individualizada sí que tiene
muchos problemas, y en algunos de ellos incluso está en peligro de extinción, o
ya ha desaparecido.
Por todo esto no hay que quedarse esperando y hay que actuar
ya, como se está haciendo en la inmensa mayoría de las áreas donde se le puede
encontrar.
Importancia de la conservación del Jaguar
Entre otras muchas cosas, el jaguar tiene unas características que lo hacen
único y digno de protección, y es que cada especie es única.
Para empezar, el jaguar es el
felino más grande de América, y el único representante del género Panthera allí (Nowell y
Jackson 1996); además es la tercera
especie de felino más grande del mundo y es el mayor depredador en las zonas selváticas donde habita junto al caimán.
Estas son razones de peso para conservar el jaguar, pero hay más.
Situación del Jaguar
En las civilizaciones precolombinas
de México, Guatemala y Perú, el jaguar era venerado como una criatura divina.
Pero el respeto hacia este animal se perdió cuando empezó a ser cazado por su
piel. En los 60 particularmente hubo una disminución significativa de
ejemplares, con más de 15000 pieles de jaguar sacadas de la Amazonía brasileña
anualmente, por lo que la Convención sobre en Comercio Internacional de
Especies Amenazadas (CITES) en 1973 consiguió una brusca disminución del
comercio con sus restricciones. Actualmente el comercio internacional de jaguar
o de sus partes está totalmente prohibido.
Aun así hoy en día, la caza por
su piel sigue siendo una amenaza. Y aunque estén bajo protección en los países
Sudamericanos, siguen muriendo jaguares a manos de los rifles de los ganaderos.
En algunos sitios, como por ejemplo en Guyana Francesa, todavía se sigue
permitiendo la caza del jaguar.
La especie ha perdido el 37 % de
su rango histórico, y su condición es desconocida en un 18 % del territorio
adicional.
Debido al difícil acceso de
algunas de las zonas que habita, y a sus hábitos nocturnos, muchas veces
estimar la cantidad de jaguares es difícil.